Todo lo excelso es tan difícil como raro.
BARUCH SPINOZA
BARUCH SPINOZA
Escrita por el milanés Giorgio Manganelli y publicada por Anagrama en el año 2011, como
parte de la colección Otra vuelta de tuerca, se trata de una obra que pertenece por derecho
propio a la élite de los libros innovadores. De altísima calidad literaria, constituye
un ejercicio de sabiduría desde la primera hasta la última página. No exagero.
Esta
obra se compone, efectivamente, de cien novelas completas a las que el autor ha
ido cincelado, hasta dejarles solo la esencia. Son novelas «a las que se le
ha extraído el aire», en el decir del propio Manganelli. Cada una ocupa un
folio. Espacio suficiente para abordar temas como el amor, la muerte, las
relaciones interpersonales, pasando por bestiarios fantásticos y aventuras, en
lo que parecería ser un divertimento, pero que está lejos de serlo.
Escritas
con una prosa espléndida, estas cien historias atemporales escapan de todo lo
lógico y lo evidente. Eventos rutinarios quedan desprovistos de racionalidad
para colocarnos frente a frente con unicornios que esperan en la parada del
autobús, asesinos y ladrones que nunca lo fueron, estatuas insatisfechas,
amantes que no se conocen, un hombre que usa ilegalmente los sueños ajenos,
fantasmas aburridos, molestos vecinos inexistentes, cazadores, prisioneros,
escritores, caballeros, emperadores, bandidos, hadas, ángeles o piratas. Con
toda esta pléyade podemos compartir momentos oníricos, ingeniosos, muy divertidos
y en ningún caso banales.
Contando
en todo momento con la complicidad del lector, Manganelli le da la vuelta a lo
convencional y construye mundos imposibles y carentes de sentido. Aun así, consigue
conmovernos y contarnos algo nuevo sobre nosotros mismos y lo hace con una
mirada profunda, inteligente y totalmente original. Cada
historia suya nos enseña y nos deleita, desde la sorpresa. Es como si una breve
ola gigante nos atrapara, nos arremolinara, nos arrastrara al fondo, para luego
alzarnos y lanzarnos contra el arrecife. Y ahí nos quedamos, empapados,
sangrando adoloridos y a la vez sonrientes, con los ojos anclados a sus páginas
y repitiéndonos al concluir cada relato: lo ha vuelto a hacer.
No
por casualidad el propio Italo Calvino dijo en una ocasión refiriéndose a este
autor: «la literatura italiana tiene un escritor que no se parece a ningún
otro, inconfundible en cada una de sus frases, un inventor irresistible e
inagotable en sus juegos con el lenguaje y las ideas».
En
cualquier caso, Centuria. Cien breves novelas-río es mucho más que puro
virtuosismo narrativo. Es la fiesta de la imaginación y la fantasía. Es el
ofrecimiento de cien motivos para experimentar y celebrar la magia del
lenguaje. Es un imprescindible para los amantes de la narrativa breve y un
regalo para todo aquel que, sin serlo, se aventure a la experiencia que supone
sumergirse entre sus páginas.
Y
para aquellos que piensan que exagero, un último comentario: ¡leedlo!
Vale la pena. Es más, me atreveré a decir lo que os pasará: Manganelli os
tomará de la mano, os llevará a la cima del acantilado, os hará saltar y mucho
antes de que hayáis tocado fondo, ya os habrá convencido de que se puede
respirar debajo del agua. Y
es que, llevando este libro extraordinario como escafandra, se puede. Claro que
se puede. No exagero.