martes, 22 de septiembre de 2015

La llamada


Diciembre 2009

Aislada en casa, revisaba con lupa una nómina y varios documentos. Buscaba datos para argumentar la defensa. Era el primer caso importante de mi carrera como abogada. Defendería a un compañero acusado de mala praxis en el ejercicio del arbitraje internacional. Un lío gordo. Estaba ansiosa y no tenía tiempo para nada más, cuando sonó el teléfono: 
–Ven al juzgado, alguien ha interpuesto una querella contra ti por hurto. 
–¿Qué me dices? 
Solté todo y corrí a la estación. No comprendía nada. Ya en el metro, las imágenes se sucedieron claramente: primero fueron chocolatinas, después aquel rímel barato en una apuesta con las amigas, después probadores de perfume, varios libros de Derecho, el CD de Vangelis o las bragas rojas del supermercado. ¡Dios mío! Llegué al juzgado desaliñada y temblando. Al entrar, sentí como todos me miraban. Quise echar a correr, pero algo me detuvo… “Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz…”

Sin juicio


Noviembre 2009

Corría el año 2050. El espectro de luz multicolor se colaba por la ventana de la sala donde todos estaban preparados para escuchar la sentencia. Era uno de los juicios con más morbo y más mediático de todos los tiempos. Los imputados, inmóviles como velas, esperaban sin respirar el veredicto. 
–De los cargos de apropiación ilícita, malversación, cohecho, abuso de poder y prevaricación los acusados son declarados… 
El chirrido de una puerta que se abrió interrumpió la solemnidad del momento. 
–Buenos días Sr. Brassón! Otra vez su habitación está hecha un lío. ¡Ya le he dicho que la sábana no es una toga y que las almohadas puestas en las sillas no son acusados bajo su jurisdicción! Usted insiste en querer juzgar el caso Gürtel y eso sucedió hace ya 40 años y solo acabó en multa. Vamos, tómese estas cápsulas y venga conmigo. Hoy tiene terapia de grupo.

El engaño


Octubre 2009

 “¡Moët Chandon para la ocasión!”, sugerí feliz de estar con Carolina. Finalmente habíamos conseguido engañarlos a todos. Había vencido el plazo y la resolución judicial dejaba fuera de juego a los de la fiscalía anticorrupción, incapaces de presentar pruebas de evasión de impuestos contra la empresa de Carolina. Teníamos el dinero. Aquello había que celebrarlo. Fue entonces cuando ella, con una voz tan sugerente como su escote, se acercó y me susurró al oído: “Yo también tengo otra buena noticia. Hoy he estado con mi ginecólogo…”. Me estremecí. El panfleto con los detalles del viaje a la India que quería proponerle para celebrar nuestro triunfo, escapó de mis manos y cayó al suelo. La aparté de mí lentamente. Mientras ella retrocedía clavando uno de sus tacones en la foto del Taj Mahal, yo recordaba aquella mañana, hacía ya 10 años, cuando entré a quirófano para hacerme la vasectomía.

Pericia y declaración


Julio de 2009

Era la vista oral y por tanto la fase decisoria del proceso penal por el homicidio de aquel hombre estrangulado en su casa con un flotador. La única acusada y pareja de la victima sería llamada a declarar y el abogado confiaba que, con su pericia y experiencia, podría conducir a buen puerto la declaración de su cliente. Ignorando el teléfono móvil que se iluminaba chispeante sobre la mesa, guardó la providencia judicial y otros papeles dentro del expediente y se dirigió a la acusada. - Exponga detalladamente su relación con la victima y cómo se siente con su pérdida. - Con esa bola de cebo viejo, necio, insolente, mentiroso, malhumorado, grosero, tacaño, vulgar, impotente y caprichoso, mantenía una relación sentimental. Me trataba como a un cachorro y solo echo de menos sus consejos para aprender a nadar. - Si, pero... en fin... No hay mas preguntas.